CONEJITO, CONEJITO. DONDE ESTAN TUS HUEVITOS?

En una aldea muy lejana, no existe maldad. La inocencia de los niños no se ha perdido. Aunque debo confesar que cada día cuesta mas mantener esa inocencia y alegría. Un nuevo vecino ha llegado. Sinceramente el no ayuda a que esta inocencia y alegría sea perpetua. El nuevo vecino ha llegado en su auto rojo, ruedas caídas y dados colgando de espejo retrovisor. Una jaiva en la palanca de cambio llama mucho la atención de los niños porque se prende cuando la tocas. Los padres están un poco alborotados porque el nuevo vecino escucha una música extraña que hace que sus hijos se abran de piernas y empiecen a saltar y balancear sus manos entre sus partes privadas hasta el punto de tocárselas. El habla extraño, se come la pronunciación de algunas letras y tiene pegado el sonido “sh”. Pero el es bueno con los niños. Este Domingo nuestro hermoso conejito blanco no se presento. Es extraño, el siempre va a repartir huevitos de chocolates a los niños. Ellos muy tristes estaban. “No hay huevitos esta vez, Papa?” Ellos preguntaban. Los padres no sabían que responder.

El nuevo vecino, durante la mañana del día lunes, llego. No soporto ver tantos niños tristes y desilusionados por el adorable conejito de blanco pelaje. El se ha disfrazado y ha llegado con una canasta de huevitos. Los niños no son tontos, saben que es el. Pero se dejan llevar.
Los padres ya han cambiado la manera de ver a este vecino. El ha tenido un gesto muy hermoso con ellos.

Tal vez las fiestas son festividades que van mas allá del marketing. Están hechas para compartir y dar alegrías. Sobretodo en tiempos en que todo es frío y los sentimientos son mas fáciles de ocultar. Pero aun así, no se engañen. No todo lo que brilla es oro.

Nuestro nuevo vecino sigue repartiendo huevitos, mientras un grito de una madre se dejaba escuchar. Todos se dieron vuelta y no entendían nada. Solo veían a una histérica madre mirando fijamente el interior del auto del vecino. Mirando fijamente el lugar donde hasta antes de ayer habían unos dados peludos colgando y hoy hay una pata de conejo blanca.