26 dic 2008

UNA NAVIDAD EN SUIZA


En un pueblo olvidado de Suiza se celebra la navidad. Flores artificiales, luces, niños jugando y un toque de nieve hace una atmósfera perfecta. Todos se preparan excepto una persona: Fabia.

Fabia solía ser una de esas personas de este pueblo que fantaseaba como niña cuando se acercaba la fecha. Hasta el año pasado donde su marido la abandono para navidad. Nunca mas tuvo noticias de el. Davide era mujeriego antes de conocerla, muchos temores pasaron por la cabeza de Fabia al momento que Davide le propuso formar una familia. Hace un año mientras ella horneaba unas galletas, su esposo salió con mucha prisa. Ella solo lo miro por la ventana, cuando vio que llevaba una maleta salió en busca de alguna explicación, solo que no alcanzo a llegar antes que el taxi arrancara. Desde entonces no supo mas nada de el. Con dos niños de 2 y 4 años, tiene que salir adelante por sus propios medios. Ya el dinero no alcanza y las cuentas cada día son mas. Fabia lleva días maquinando un plan que cada día parece mas y mas una solución a sus problemas. Un mismísimo día 24 de Diciembre decide ponerlo en marcha. Fabia no podía solventar los regalos de los niños! Durante la tarde envolvió unas cajas vacías y las dejo junto al árbol de navidad ornamentado con pedacitos de algodón y frutas traídas del bosque. Una hora antes de medianoche, Fabia bajaba por las escaleras con ambos niños. Harta del olor de la chimenea, cada vez se molestaba mas. La falta de dinero la hizo no poder limpiarla este año y el olor a ave quemada ya no lo soportaba. Los niños preguntaban si papa volvería. Fabia sin decir palabra alguna por dentro se pudría cada vez mas. Toma un pedazo de madera en llamas de la chimenea y decide llevarla al árbol de pascua dejándolo caer en las cajas vacías disfrazadas como obsequios. El fuego no demoro en incinerar el árbol. Los niños horrorizados no decían palabras. Se sentó con ellos en el sofá, con una copa de vino en su mano miraba como todos sus recuerdos en familia se calcinaban. Llego el momento que no soporto mas el olor a quemado y salió con los niños. Ya la casa estaba tomando forma de una antorcha de dimensiones gigantescas. Un vecino llamo a los bomberos. Pasaron navidad apagando el fuego creado por una mujer amargada por sus sentimientos. Un policía se le acerco a preguntar si habían seguros comprometidos, su respuesta fue solo un si. Este estaba por vencer y ella sabia que no podría renovarlo.

Que fácil es asociar fechas con nuestras desgracias. Pareciera que las seguimos celebrando a pesar que deberíamos olvidarlas o restarles importancia. Los problemas pasan y la vida sigue. Dejamos que los malos recuerdos nos arruinen los días. Solo porque es la fecha en que chocamos un auto, insultamos a nuestros familiares o perdimos nuestros trabajos. Las fechas están como una medida de superación. Podemos decir que ha pasado un año con buena salud. Celebramos que tenemos a nuestros seres queridos para llamar y desearles una bonita noche. Tenemos comida, tenemos amor o tenemos compañía. Nunca estamos solos siempre hay alguien que se siente complacido con nuestras presencias.

Que culpa tiene la navidad, que hace un año atrás, Davide, se disfrazara de Papa Noel. Que culpa tiene la Navidad que el año pasado, Davide, quedara atascado en la mitad de la chimenea. Que culpa tiene la Navidad que se rompiera el cuello bajando por la chimenea.

DILANSTIPE
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