7 may 2009

DINERO PARA UNA PRINCESA. UN TROFEO PARA UN REY.


Mariana va caminando. El lugar esta cerca. Para que malgastar dinero en taxi u otro medio de transporte. No puede negar que esta nerviosa. A lo hecho pecho, se dice así misma. Va recordando...

Dos días atrás. Mariana le pide dinero a sus padres para el vestido nuevo que vio en una vitrina del centro. Sus padres, la miraron, se rieron y se lo negaron. Ya tiene muchos, como no va a poder usar uno de los tantos que tiene. De seguro; sus padres no entendieron la vanidad de una chica de 19 años. Frustrada, decide contarle a su amiga Rosa.

Rosa, por su parte, la escuchaba atentamente. Mariana, lloraba desconsoladamente. Rosa, sintió angustia por ella. Después de meditarlo, decide contarle un secreto. El secreto de cómo ella estaba juntando dinero para la universidad.

Mariana quedo perpleja. Pero le pareció una buena idea. Solo seria una vez y listo. Rosa la presento a su jefa. Ella le encontró potencial inmediatamente. Le contó las reglas del juego y las ganancias que quedarían para cada parte. La señora Mirta era muy reconocida en el negocio. Se caracterizaba por no poner en riesgo a sus empleadas. Quedaron en una segunda cita, para arreglar detalles. Rosa se quedo, tenia ya una cita. Mariana, con algo de temor, se devuelve a su casa. A la salida, se acerca un señor ya maduro. Le hizo algunas preguntas. Mariana las respondió cándidamente. Haciéndole un ofrecimiento al cual ella prometió meditar.

Así lo hizo. Le encontró la razón a aquel hombre. Para que hacerlo por medio de una vieja aprovechadora. Si lo puedes hacer por ti misma, sin dar comisión a nadie. Este señor, la llevaría a cenar y luego algún otro lugar. A Mariana le pareció un señor respetable y de buen pasar.

Un día atrás. Mariana va a un teléfono publico. Lo llama y le cuenta su decisión. Y programan la cita para mañana.

El mañana ya llegó. Y Mariana ya va a su cita. Ve el restaurante. Nuestro respetable señor esta esperando. Mariana entra. En su mente va exclamando: Es solo una vez. Es por el vestido.

Los humanos somos así. De hecho todos los animales son así. Sacamos una palabra un día y nunca mas paramos de hablar. Probamos el chocolate un día, y se nos volvió adicción. Mentimos una vez, y lo volvimos a hacer. Cuando las cosas resultan bien, las repetimos. Una y otra vez. Hasta que un día fallan. Incluso, un día tuvimos nuestra primera vez en el sexo, y nunca mas dejamos de hacerlo.

Mariana ya termino de cenar. Nuestro respetable señor ha pagado la cuenta y ha llamado un taxi.

Mariana, a quien engañas? Veras dinero rápido y lo volverás a hacer. Mejor junta dinero. Lo necesitaras. Para pagar el hospital y los remedios en dos años mas.


DILANSTIPE

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