
Un conejito blanco corria por la verde pradera en direccion a la ciudad. Blanco como la nieve, y de su cuello colgaba un collar rojo en forma de corazon que con letras blancas decia "te amo". Tambien llevaba una canastita con huevitos de chocolates envueltos en los mas preciosos envoltorios jamas visto. El tenia intrucciones de dejarlos en las casas de unos niños que sus padres pagaron mucho dinero para tener los mas deliciosos huevitos de chocolates de la ciudad. Ya habia entregado casi todo el pedido, pero no pudo entrar a una de las casas porque un laaaaargo muro se elevaba en la propiedad. Nuevamente nuestro hermoso conejito corria por la pradera devuelta a su casa. Brillaba en el sol su color blanco nevoso. Sin embargo; derepente el conejito nota que una mancha roja teñia su hermoso pelaje.
Otra fiesta religiosa ha culminado. Muchos quedaron felices, huevitos y conejitos de chocalates. Muchos comimos. Muchos no regalamos, solo recivimos. Dios miraba desde su nube como sus hijos disfrutaban el chocolate. El estaba taaan complacido, que una vez mas sus hijos disfrutaran de su amor y el amor que sus padres y amigos les daban. por supuesto que Dios noto que algunos niños no recivieron nada, sus padres no tenian dinero o niños que vivian en las calles. para ellos Dios no tenia huevitos.
Dios seguia esperando que su conejito llegara con el dinero de aquellas familias. Pero lo que Dios no noto cuando miro a sus hijos, que en una esquina una familia vive en la calle. No estaban tristes. Aquel dia almorzaban un delicioso estofado de conejo blanco que sus padre cazo por la mañana.
Saludos DILANSTIPE
RECOMIENDO - Seth Lakeman "The white Hare"
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